martes, 9 de junio de 2015


La Imagen Visual



En una escuela hegemonizada por el dominio de la palabra, la educación visual amplia los horizontes de los alumnos, extendiendo el campo de los aportes del lenguaje visual a las situaciones expresivas y comunicativas. Contribuye a la formación, desarrollo y profundización de capacidades generales de los niños, por ejemplo la observación, el registro de percepciones sensoriales, la asociación y diferenciación, etc., y otras que son específicas, por ejemplo: la capacidad de generar imágenes mentales, la búsqueda de los procedimientos adecuados, la exploración de las cualidades de materiales y herramientas, el desarrollo de un sentido estético personal, etcétera.
La expresión a través de la imagen se aprende y se comprende en la interacción misma con el lenguaje visual, es decir, en la producción de imágenes. Sin embargo, el “hacer” imágenes no agota las posibilidades escolares de la plástica como lenguaje, sino que, además, puede desarrollar alumnos-espectadores, receptores activos (sensibles, perceptivos y críticos) de imágenes. Y así como es necesario poner a los alumnos en contacto con experiencias visuales diversas y significativas, será necesario contactarlos con la diversidad de imágenes producidas por la cultura en distintos contextos espacio-temporales, con distintos sentidos y por diferentes sensibilidades.

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